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makandal

Por qué

Sus manitas desoladas se aferraron con fuerza a esa mano gigante que tanta seguridad debía darle y solo le brindaba indiferencia.

¿Por qué papá? Preguntó con su cara bañada en lágrimas de décadas. Sus ojos se volvieron repentinamente aniñados y sus manos buscaron desesperadamente esas manos en las de su marido. Se aferró a ellas como un náufrago y de repente noto que estaba tremendamente sola.

¿Por qué papá? Se preguntó una vez más, aunque ahora en silencio. Recordó su infancia descolorida y áspera, habitada por el capricho del autoritarismo y el desamor; la adolescencia preñada de sueños musicales, el conservatorio… ¡la carrera del secretariado!

Lloró con un llanto amargo al recordar aquel estudio obligado, “porque eso si sirve, no como la mierda de la musiquita”, persistente, desconsolado. Sus tías, las que nunca comprendieron nada, siguieron haciéndolo ahora y trataron de consolarla por la pérdida.

“No llores querida, el ahora está en buenas manos” le dijeron.

Pero… ¿a quién podía importarle la suerte de semejante tipo? ¿quién se preocupa por la suerte de su verdugo?

Recordó los primeros días con Damián, mayor que ella, y su apresurada propuesta de casamiento. Recordó que más que el amor fue el espanto quien dio el asentimiento.

Recordó los años de manso compañerismo, esa forma tan tranquila del amor que terminó asesinando la pasión.

Recordó la irrupción volcánica de Gabriel, rompiendo todo a su paso, hasta su corazón enamorado.

La llegada de Luna, con sus besos de miel.

Su vida… tan blanda, tan chata, tan amarga.

¡¿Por qué papá?! Volvió a preguntarse para si misma mientras se refugiaba en una taza de café.

Deseó que lloviera y salir a caminar hasta que las gotas llegaran a sus huesos. Era curioso, toda la vida había odiado a ese hombre, hasta el punto de decidir no hablarle y ahora, que por fin había muerto no podía sino sentir desazón. Dolor por no haber podido escuchar sus respuestas, aquellas respuestas, que en su soberbia tal vez jamás habría contestado.

El café se consumió entre sus dedos.

¿Por qué papá?

Sonaba como un eco la pregunta sin respuesta. Allá abajo las casas de su niñez y su infancia la miraban en silencio, ese silencio hosco que tanto conocía.

Adelante la nieve de la cordillera pintaba de blanco el porvenir. Ajustó una vez más el cinturón, no hacía falta, pero siempre lo ajustaba una vez más. A su lado alguien, indiferente, leía una revista.

Cerró los ojos por un instante que pareció una eternidad, cuando los volvió a abrir miró nuevamente las casa por la ventanilla. Ya se veían muy pequeñas, tanto como su pasado.

Las miró con tristeza y esbozo una pregunta sin esperar respuesta.

¿Por qué?

17 comentarios

silvia -

Muchas veces los por que tienen respuesta , que ya sabemos desde el "inconsciente" , solo lo hacemos publico . Bicho raro ,pero eficaz , cada uno de esos por que seguro han encontrado un significante , solo buscaban una confirmacion , cada vez que se pregunta es porquee se intuye la respuesta , solo hay que aprenderla a leer , ni la muerte te salva , solo descomprime reafirmarla , quizas asi ella sera mas libre de encontrarla . Me gusto lo que escribiste , depierta muchos por que dormidos...

Erótika -

me quedé con gusto a poco como entre las sábanas al amanecer cuando el deseo sofoca...y el amante d e turno se ha dormido, me gustaría haber leido alguna pregunta en el texto..interesante seguire a los siguientes

besos erótikos ;)

lully, Reflexiones al desnudo -

Me refugio en esa taza de café para leer tu historia llena de un todo llena de tí.
Un abrazo de felicitación!

Trini -

Una pregunra qu, para la eternidad, se qudará sin respuesta.
Un triste relato bellamente narrado.

Un abrazo

perfecta_desconocida -

Primera vez que visito tu espacio, y me parace hermoso todo lo que escribe, éste relato me conmovió mucho...todas las cosas que queremos decir...y no lo hacemos ...depues nos arrepentimos.
Cariños

cieloazzul -

Que historia mas repleta de nostalgias y emociones...
te felicito!!!
besos..

Azul... -

No sé por qué no había venido antes a este otro blog tuyo... ¡me encantó!

Un beso

chaurrita -

Me han quedado muchas preguntas sin respuestas, y lo bueno es que ya no las formulo. El tiempo también ayuda a olvidar algunas interrogantes. Las cosas vienen como vienen y son como son ¿para qué saber lo que no quieren o pueden decirnos?

Me ha gustado mucho el estilo de tu escritura. Al menos en este cuento. Te seguiré leyendo.

Pagana -

Pasé a dejarle un beso y de paso a leer su obra... Admito que no pude pasar del segundo párrafo...
Estoy sensible de más últimamente y trato de cuidar mi garganta de esos apretones que da la angustia...
Cuando la alegría se vuelva a instalar en mi, volveré para leerlo con calma.
Por ahora, solo le dejaré mi beso...

Hasta pronto.

Mireya -

Me gustó el cuento, la verdad los prefiero a la poesía, aunque de vez, muy de vez en cuando me agarra a mi tb, ya viste.Besos

victoria -

Muchas veces dejamos pasar el tiempo, el momento para preguntar lo que queríamos.....muchas veces no nos atrevemos.
El padre como muchos otros...aprensivo.....y ella temerosa...pero detrás de la cordillera siempre saldrá el sol.

Un abrazo.



Trilce.

Sirena -

Me conmoviste con esta historia, amigo. Triste, pero bella... Besitos!!

Veronika -

Me gustó el blanco del porvenir... Creo en más... creo que va a poder pintar con más colores su vida... Y creo que soy una romántica perdida...

Un abrazo

Soledad -

"Dolor por no haber podido escuchar sus respuestas, aquellas respuestas, que en su soberbia tal vez jamás habría contestado".

Cuesta perdonar a quien con su orgullo y soberbia le cuesta reconocer los errores. Pero la muerte, absuelve y redime cualquier culpa... lástima que haya veces en que se tenga que llegar a esa instancia para perdonar.

Pasaba agradeciendo tu visita en mi blog.
Dejo mis saludos,
Soledad.

isabeau -

¿cuantas preguntas sin respuesta dejo tu padre? aunque aun tengo vivo al mio se que nunca las va a responder ni yo preguntare...
me gusta es muy verdadero y te llega al alma.
besos

TICTAC -

Los hijos hacen padres y hay padres que no lo son aun teniendolos..
Nunca sabemos cuanto tiempo nuestro hijos caminaran de la mano con nosotros.. dependientes ..confiados de que al alzarlos en juego nunca los dejaremos caer y nosotros seguros de poderlo hacer aun dudando si siempre lo podremos hacer...estar alli' es importante aun sin ser capaces de contestar a todos los por que...

Bello texto, real y triste.

Un abrazo!!

Blue Cat -

Triste y conmovedora historia, si bien, cada uno es responsable de propio destino, es increible como puede influir en las personas el tener un padre represivo.
Debe ser muy triste que el padre de uno muera, dejando tantos vacios y tantas cosas sin hablar.
Para reflexionar.