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makandal

Noche

                                                                                                                                                                            (A la rata Laly, mi musa)
Clap - clap - clap - clap - clap

La noche avanzaba con su funesta carga de frustraciones

Clap - clap - clap - clap - clap
Aquel martilleo era cada vez más violento, más feroz, y el tul de aquellas horas mágicas parecía haberlo atrapado para siempre en su tela de araña
Clap - Clap - Clap - Clap - Clap
Su memoria, torpe, frágil, hacía rato que había olvidado el momento en que comenzó todo, el instante cruel en que su cotidiana paz fue invadida por aquellos reflejos inasibles de caos conformista
CLAP - Clap - Clap - Clap - Clap
Aquel maldito sonido lo traía una y otra vez a la realidad de sus recuerdos. Le impedía huir, evadirse. Buscaba, sin hallarlo, un escape de allí, una manera furtiva de poner distancia. Un atajo a cualquier sitio. Lejos
CLAP - CLAP - Clap - Clap - Clap
Intentó evadirse pero no pudo. Fue peor. La luna lo delató, vaya a saber a cambio de que prebenda y otra vez a empezar.
El primer grado, su primera maestra ¡La vieja aquella! Su primera penitencia. Aquella tarde en el potrero y aquel gol que ya nunca fue.
CLAP - CLAP - CLAP - Clap - Clap
Era inútil intentarlo, lo había comprendido. Cada vez que lograba acumular el valor suficiente para hacerlo fracasaba ostentosa, dolorosamente y de nuevo al comienzo; como en un siniestro juego de la oca donde  era la ficha.
CLAP - CLAP - CLAP - CLAP - Clap
Los fantasmas surgían entre los dedos de sus pies. Su primera caída de la bici. Aquel cajón cerrado, toda aquella gente ensimismada, llorando, aquel penetrante olor. El primer amor, desesperado, su primer no. Esa trágica escondida donde no llegó a librar a todos y muchos nunca volvieron. Aquella gélida mañana de invierno, la escarcha en el pasto, la plaza desierta )descierta( nada que hacer más que tiritar, nada, atroz aburrimiento, ¿Esto era tan bueno?
CLAP - CLAP - CLAP - CLAP - CLAP
Minúsculos, implacables alfileres aguijonean la conciencia. La sangre galopa despavorida.
CLAP - CLAP - CLAP - CLAP – Clap
Hace un milenio la muerte lo besó en la boca y el mentol de su aliento le secó el alma.
¿Porqué aflojó en los últimos metros de aquella escondida?
¿Porqué erró aquel gol?
CLAP - CLAP - CLAP - Clap - clap
Lágrimas en las mejillas. No podemos. Es una locura. Yo tengo la solución. El dolor visceral del arrebato y el Amor que jamás volverá a ser lo mismo.
CLAP - CLAP - Clap - clap - clap
Ya no recordaba el comienzo de aquel clapoteo, ni el momento  preciso de aquella primera vez. Tampoco su primera rabona a la vida.
CLAP - Clap - clap - clap - clap
Desde su adolescencia entendía y no aquella situación. Mientras unos lloraban, otros de rostro enjuto  no decían nada. Aquellos extraños autos verdes junto a la vereda. Ese feo hedor de claveles (cadáveres descomponiéndose)
Clap - clap - clap - clap - clap
Un haz, tímido de luz, murmura. Miedo, mucho miedo.
No pudo superar el temblor. Quiso escapar, pero... adónde.
Arrió las banderas.
clap - clap - clap - clap - clap
La rubia fragancia de medialunas asoma a los visillos de la panadería.
Un día más está empezando.
Otro día.
                                       Oscar Weidl

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